
Comenzaré esta historia diciéndoles mi nombre. Me llamo Ericka Carolina Zavala Bustamante, soy de Hermosillo, Sonora, y a través de estas líneas me gustaría compartir con ustedes mi historia, experiencia, anécdotas y miedos que he vivido dentro del rodeo.
Todo empezó el 30 de septiembre de 1982, cuando llegué a este mundo, convirtiéndome en la primera hija del matrimonio de mis papás. Ya se imaginarán, me convertí enseguida en la muñeca de papá y la esperanza de mamá. Cabe mencionar que mis papás son el Ing. José Luis Zavala Puebla y la Sra. Ma. Del Carmen de Zavala y que con el paso del tiempo vinieron tres hermanos más: José Luis, Ana Cristina y Carmen María.
Tuve una infancia muy feliz, apegada a mi familia y con muchos amiguitos. Sólo que siempre estaba en clases extracurriculares como el ballet, piano, gimnasia, volibol, basquetbol, entre otras. De las cuales se puede decir que son muy femeninos en contraste a lo que me dedico hoy en día.
Siempre me caractizé por ser una jovencita simpática, con amigos y muy dedicada a la escuela. Y esto viene a que se que mis papás siempre han tenido grandes esperanzas de que logre todas mis metas. Lo que me impulsa a salir adelante por no quedarles mal a ellos, y por sentirme orgullosa de mi misma. Porque como toda persona, mi mayor recompensa es que la gente se de cuenta de quien soy y de lo que puedo lograr.
Hace alrededor de seis años, me encantaba ir a los rodeos que se llevan a cabo en Expo-Gan Sonora. Porque el ver a esas muchachitas montadas en sus caballos y dar vueltas alrededor de los tambos a toda velocidad causaban en mí gran emoción. Me gustaba observar sus caras tensas al estar esperando su llamada para preparase a correr, y después de unos segundos ver como esos mismos rostros se llenaban de júbilo al terminar satisfactoriamente su carrera. Fue entonces cuando le dije a mi papá que me gustaría entrar a jugar barriles.
En ese momento la suerte estaba de mi lado porque ya contaba con una yegua mora que había sido regalo por parte de mis papás, pero a la cual le tenía un miedo horrible. Un primo que se dedicaba a lazar montaba mi yegua y fue precisamente él, quien al oír mi interés por entrar, arregló todo para que pudiera experimentar lo que era ser una barrilera.
Los primeros meses fueron toda una aventura. Comencé a "montar" el 5 de enero de 1999 pero la temporada se terminaba en mayo. Pongo montar entre comillas porque no sabía nada de eso. A pesar de tener caballos, mi conocimiento se cimentaba a lo básico: subirme, apretar las piernas y dejar que el caballo hiciera su trabajo. Poco a poco con la ayuda de muchas personas hice mis primeros pininos en el rodeo. Me enseñaron técnicas, estrategias, pequeños detalles básicos. Pero como en todo, lo demás dependería de mí.
Me propuse que siempre lograría algún objetivo que me ayudaría a escalar más alto. Durante mi primer año me dediqué de lleno al rodeo y mi meta era convertirme en la Campeona del Circuito SOCOGOS, aunque eso me costara pasarme toda la tarde, después de la escuela, en los corrales de al AREGS (Arena de Rodeos Expo-Gan Sonora). Y así fue, día tras día fui mejorando, para diciembre de 1999 iba en 1er lugar en el Circuito con ventaja absoluta. Pero para mi desgracia mi yegua Lady sufrió un accidente en su pata izquierda, lo que la llevó a 4 meses de reposo. Yo sabía que a pesar de que mi arma más fuerte estaba incapacitada no debía darme por vencida. Así que terminé el Circuito SOCOGOS con otra yegua muy ligera que se llama Reina, pero las cosas no fueron iguales; quedé en 3er lugar. Esa temporada pasó, pero no mis ganas de convertirme en Campeona y con una frase que ha marcado mi vida en el rodeo: "El segundo lugar es el primer perdedor", la cual me la dijo un jinete de toros.
Por lo tanto, la temporada que venía iba a convertirme en Campeona, y así fue. Durante los Rodeos de Expo-Gan Sonora 2001 me hice acreedora a mi primer hebilla, y tras sentir que todo el esfuerzo de dos años valían la pena me dije a mí misma que a partir de ese momento tenía que ganar año tras año. En esas mismas finales quedé Subcampeona Expo-Gan Sonora 2001.
No puedo dejar de mencionar que detrás de una hebilla o un trofeo hay muchos fracasos en ensayos, palabras de apoyo por parte de mi familia y amigos, momentos de desesperación en los que no sabes ya ni que hacer para componer algún error durante el recorrido y eso sí, muchas horas de estudio. Y ha sido precisamente eso, lo que más me ha ayudado; el sentarme a leer artículos de barriles, comprar videos y estudiarlos detenidamente, navegar por internet en paginas relacionadas con el tema e incluso escribirle a gente de EU para que me den algunos tips. Mi papá ha desempeñado el puesto de coach, por así decirlo, desde que comencé a montar. A pesar de que él, la yegua y yo éramos unos novatos en el área. Pero a base de investigación y la experimentación y el fabuloso teorema de Pitágoras hemos logrado avanzar a grandes pasos.
Para la siguiente temporada me había puesto de meta ganar el Campeonato Estatal. Decidí salirme por ese año del Circuito SOCOGOS y dedicarme de lleno al estatal. No fue tarea fácil, ya que como en todas partes recibes críticas por tus cambios de entrenamientos y las faltas a ciertas competencias, pero aún así sabía que era la mejor opción.
Y estaba en lo cierto, fue el primer año en que la ARUS (Asociación de Rodeos Unidos de Sonora) estableció que el estatal consistiría de cinco eliminatorias, la cuales serían en las diferentes zonas del estado. Gané cuatro de cinco, y en la última aunque llevaba ventaja sobre mis compañeras preferí cuidar los tambos que jugar contra el reloj, así que terminé en 4to en esa ronda, pero era finalmente la Campeona Estatal 2002. El ganar ese campeonato no sólo traía consigo la placa que me hacía merecedora al triunfo, sino también un pase al VI Campeonato Nacional de Rodeos FMR.
Para ser sincera, nunca había pasado por mi mente el participar en un nacional. Era algo a lo que no me atrevía siquiera a soñar; me parecía algo tan lejano a mi alcance. Y la verdad fue que preferí a que así siguiera hasta que llegara el momento de comenzar a prepararme para el magno evento.
Evité cada pensamiento relacionado con el Nacional. Me hice a la idea de que sólo iría a foguearme y aprender de las demás, sobre todo de las chavas de Chihuahua. A finales de septiembre mis entrenamientos fueron dedicados 100% al Nacional. Hubo momentos en que estaba tan tensa con la idea que hasta en mis sueños aparecía esa competencia. Ya no entrenaba solamente de lunes a viernes, sino que el sábado tuvo que entrar en la lista. Esa temporada prefería no salir a divertirme con tal de entrenar y sentirme segura de que no haría el ridículo por allá.
Unos días antes de partir a Monterrey, N.L. al campeonato estuve a punto de abdicar. Porque mi yegua no me respondía como quería. Era desesperante! Pero ahora comprendo que era mi tensión que hacía que no manejara bien el animal.
Por fin el día de partir se llegó. Tuve la suerte que el ITESM-CSN me apoyará totalmente, tanto que aplazaron mis exámenes parciales para que pudiera asistir. Recuerdo que nos fuimos el martes 5 de noviembre a las 3 de la mañana rumbo a Chihuahua. Éramos toda una comitiva! Íbamos las tres barrileras de Sonora y tres lazadores. A fin de cuentas éramos tres familias, las cuales siempre andamos juntos. Lo que hizo que el viaje fuera sumamente divertido.
Por fin llegamos a Chihuahua, Chih. por la noche. Ahí los dueños de las carnes frías BAFAR nos prestaron sus corrales para que descansaran nuestros caballos y nosotros también nos fuimos a dormir.
Al siguiente día continuamos rumbo a Monterrey y llegamos cerca de las 8 de la noche. Claro está que nos perdimos cuando llegamos! Pero unos trabajadores nos guiaron hasta la sede del evento. Recuerdo que fuimos los primeros en llegar, así que tuvimos ventaja para escoger los dormitorios de nuestros animales.
El día jueves lo utilicé principalmente para conocer a las demás competidoras, ver sus caballos y pisar el terreno de competencia. Pero fue hasta el viernes por la mañana cuando nos dejaron probar los barriles. Me sentía muy nerviosa de pensar que ese día por la noche haría mi primera aparición, pero traté de relajarme lo más que pude para poder transmitirle confianza a la yegua.
No sé si para mi suerte o no, ese día no competí. Aunque el sábado tendría que correr tres veces durante el día. Durante mi primer recorrido corrí muy tranquila pero eso si, MUY concentrada. Logré ubicarme en el tercer puesto a pesar de un leve titubeo que tuvimos en el segundo barril.
Esa posición me hizo sentir tan capaz de lograr el 1er lugar general, que durante los demás recorridos jugué muy segura de lo que podíamos hacer Lady y yo, pero sin confiarnos ya que apenas iba por mi segunda ronda. En la cual me coloqué en 1er lugar, para de igual forma meterme al 1° general. Durante el lapso de ese día, prefería no pensar mucho en que había jugado muy bien durante las dos primeras rondas para que no me afectara en mis demás recorridos. Les va a sonar raro, pero incluso comencé a evadir los buenos comentarios que me hacían. No quería despegar los pies de la tierra.
En la noche volvía a ubicarme en el primer sitio, siendo la única competidora con tres 17´s al hilo. Eso ponía la situación más emocionante, todas las esperanzas de los sonorenses estaban sobre mí.
En fin el domingo llegó. Durante la cuarta corrida me confíe poco, me concentré casi nada y así fueron los resultados. Quedé en la octava posición pero con un 17 alto. Eso me puso los nervios de punta! No sabía en que lugar me colocaría en los standings generales. Pero pór suerte seguía en el primer sitio. Esa vez ni siquiera hice números para ver por cuanto le aventajaba a la competidora que iba en 2do. lugar. Sólo me conformé con saber que seguía en la posición preferencial y recapacitar que durante la noche tenía que dar todo para continuar igual.
Creo que han sido las horas más largas de mi vida. Me parecía que el tiempo no pasaba, y que la hora no llegaría.
Al fin se hizo el momento de ensillar, todo fue hecho en absoluto silencio. Parecía que todos estábamos nerviosos. Me abstuve de convivir con la gente esa tarde y me dediqué a concentrarme. Muchas personas se me acercaron y me dieron consejos para que me calmara. ¿Pero cómo calmarme si en mis manos estaba el título Nacional? Hubo una noticia que sí logró calmarme bastante, uno de los jurados traía consigo los tiempos acumulados ya sumados. ¿Pero cuál sería la sorpresa? Según mis cuentas imaginarias pensaba que mi ventaja sobre las demás era de aproximadamente 0.406 milésimas de segundo, pero NO! Era verdaderamente de 1.026 segundos! Esa sí era una excelente noticia!
En fin se llegó la hora; yo era la última en salir pro ser la que iba en primer lugar general. Recuerdo que se me hizo una eternidad, pero por fin llegó la hora de correr. Llegué muy concentrada a la entrada, mi primo me decía que jugara con la cabeza, el papá de una barrilera de Sonora me empezó a echar ánimos y así consecutivamente me empezaban a gritar mientras me preparaba en la salida. Mientras mi papá estaba situado en el segundo barril esperando nerviosamente mi salida y mi novio, José Eduardo, estaba al pendiente de los tiempos.
Todo transcurrió en unos segundos, volteé la yegua y nos enfilamos a toda velocidad al primer barril. Fue una vuelta magnífica! Llegamos al segundo barril, tuve que levantar mi pierna porque por poco y lo derribo, gracias a Dios sólo fue un susto. Nada más faltaba una vuelta más así que le echamos todas las ganas y todo salió a la perfección.
Para cuando llegué a la meta traía una sonrisa de oreja a oreja! Sabía que había ganado, además de ser la única en acumular puros 17´s. Todos me jalaban de la yegua para felicitarme; era tanta la emoción que no sabía que hacer. Me dirigí a dar mi vuelta triunfal por el ruedo para llegar así a saludar a mi papá!
Esa noche fue única, no pude dormir de la emoción! Le hablé a mi familia y amigos. No lo podía creer!
Cuando llegamos a Hermosillo, dos días después, mis amigas y mi mamá, habían colgado una manta enorme que decía: "Bienvenida Campeona" a la entrada de la ciudad. Todavía siento un nudo en la garganta cuando me acuerdo. En la arena de rodeos todos nos esperaban; era un solo festín.
Pero en fin, la temporada de rodeo siguió hasta llegar la Expo-Gan Sonora 2003. dentro de la cual gané de nueva cuenta el Campeonato Estatal 2003, dándome el pase al VII Campeonato Nacional de Rodeos FMR a celebrarse en noviembre en mi ciudad, Hermosillo, Sonora. También gané el Rodeo Wrangler y el Rodeo Expo-Gan Sonora. Hasta ahorita esa es mi historia dentro del rodeo. Espero que a alguien le sirva de inspiración para comenzar. Sólo recuerden: "El éxito es un camino, no un destino".